Joaquín López Dóriga En los días de campaña, el presidente Fox confió a un invitado a Los Pinos: si gana el PAN asumiré los costos políticos se sacar adelante la reforma, pero si pierde no lo haré. Por eso, a la victoria de Felipe Calderón, creí que seguiría una intensa actividad legislativa de parte del presidente Fox para avanzar en las reformas negadas a lo largo de su sexenio.

Creí también que Fox tenía, claro, el desperdicio que fue la transición con Zedillo cuando a lo largo del tramo julio noviembre de 2000, en aquella euforia democrática, Iban a empujar algunas reformas, y se dejaron correr los cinco meses de forma miserable, de lo que ambos, Fox y Zedillo se culpan mutuamente. Por este antecedente y por el dicho de Fox, volví a creer que sí, que ahora sí estaban dadas las condiciones para avanzar en esas reformas pendientes, pero ¡oh, decepción! de nuevo se desperdició esa enorme ventana de oportunidad, que va de la elección a la toma de posesión y por eso, ni acuerdo, ni reforma (Cúpula Empresarial, 6:27, 1.30”, mahm).