Notimex
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07:47:00 | 2007.01.09
La izquierda es la segunda fuerza en el Congreso de la Unión y con una presencia tan importante como nunca.

La izquierda es la segunda fuerza en el Congreso de la Unión y con una presencia tan importante como nunca.

Jesús Ortega Martínez: Nunca como ahora la izquierda en México ha adquirido una presencia tan importante y tan significativa. Su influencia actual en el ámbito de la política se ha acrecentado y su relevancia es la mayor que ha existido en toda la historia de la izquierda en nuestro País.

La izquierda es la segunda fuerza en el Congreso de la Unión y su influencia aumenta en los gobiernos locales y en los congresos estatales, seis gobernadores, más de trescientos cincuenta presidentes municipales y varios cientos de diputados locales.

Su membresía (afiliados a los partidos que se identifican de izquierda) es de varios millones y su ultima votación, fraude incluido, fue, cuando menos del 35% de los electores. La izquierda ha aumentado su ascendiente entre la población y ahora mantiene una presencia constante mas allá de los sectores tradicionales.

Su presencia geográfica ha dejado de ser solo regional y está actuante en prácticamente todo el territorio nacional. De este impresionante desarrollo de la izquierda mexicana se ha dado cuenta la derecha y las fuerzas conservadoras y no resulta extraño, entonces, que exista una gran campaña política y mediática para descalificarla.

Los que no hemos alcanzado a medir en toda su magnitud nuestro crecimiento somos, paradójicamente, los militantes de la izquierda. Nos tropezamos con la misma piedra y con absurda recurrencia, volvemos a la autoflagelación y a la funesta práctica de agredirnos entre nosotros mismos.

En lugar de dimensionar correctamente la fuerza que ha adquirido la izquierda, algunos militantes, particularmente en el PRD, retornan a la vieja costumbre -casi una cultura- de la confrontación y de las divisiones interinas.

De lo que se trata, para estos compañeros, es encontrar pretextos para ahondar en las diferencias y para encontrar en cada una de éstas, "razones" que justifiquen la fractura.

La diferencia no la entienden en razón de la naturaleza plural y democrática que debe identificar al PRD y a toda la izquierda y por el contrario, toda diferencia atenta contra su visión autoritaria, dogmática y estrecha.

Estos compañeros se comportan como "guardianes de la fe" y se repiten en aquellos estalinistas que bajo el cobijo "de la línea y de los principios" se dedicaban a perseguir a quien pensara diferente.

La discrepancia que debiera ser una virtud, especialmente en un partido democrático y de izquierda, está siendo asumida, nuevamente, como oportunidad para la calumnia y el anatema.

La izquierda debe ser la corriente política que fomente la discusión y la reflexión más abierta, en la cual se escuchen todas las voces y todos los pensamientos, sin censura y con tolerancia.

Esto debe entenderse, siempre, como elemento sustantivo de su propia existencia, pero especialmente ahora cuando la complejidad de la situación política del País obliga a desechar los simplismos y los esquemas.

La izquierda debe abordar la actual coyuntura con libertad, con audacia, con la mayor disposición a escuchar, a debatir las ideas, a confrontar las posiciones sin estigmatizar al que piensa diferente.

La perspectiva de la izquierda, a pesar del fraude electoral del que fuimos victimas, es enorme, y realmente podemos ser uno de los factores determinantes del futuro de nuestro País. Lo seremos si somos capaces de entender que somos una gran fuerza política y que a pesar de nuestros errores y deficiencias, hemos crecido y nos hemos desarrollado como nunca antes en la historia del País.

La izquierda en México tiene una gran potencialidad que ojalá no sea, como antes ha sucedido, lamentablemente dilapidada, desperdiciada en pugnas inútiles y estúpidas (Notimex, 7:47)

H. Cámara de Diputados Coordinación de Comunicación Social