Francisco Cárdenas, comentarista: De cara a su relevo de su dirigencia nacional, en las filas del Partido de la Revolución Democrática se libra una seria lucha interna. Esta lucha es una revolución que dista ser democrática, porque los aspirantes a presidir el Sol Azteca y sus seguidores se están dando hasta con la cubeta.

La elección de quien sucederá a Leonel Cota en el mando nacional del PRD, ha desatado la ira y la violencia que han sido características de ese partido.

Los aspirantes que hasta ahora han externado su intención de participar en la contienda son Jesús Ortega y Alejandro Encinas, el primero apoyado por Nueva Izquierda, la corriente de los “chuchos”, y el segundo por Andrés Manuel López Obrador y sus bejaranistas, lo que da idea cómo andan de ese lado las cosas.

La semana pasada, luego de que el Tribunal Electoral le restituyó sus derechos políticos, que la dirigencia perredista le suspendiera por seis meses, el senador Ricardo Monreal anunció que también buscará el cargo. Esto provocó que el zacatecano empezara a ser blanco de ataques de parte de quienes simpatizan con Ortega, por considerar que con su participación buscará restarle votos a éste, para favorecer a Encinas y que el PRD quede en manos de López Obrador.

Tal pareciera que en ese partido lo único que interesa es alcanzar el poder por el poder mismo y a como dé lugar, sin preocuparse por el derrumbe que ha tenido en las últimas elecciones estatales.

Esas derrotas a las que se han sumado el PAN, han logrado que el PRI se reposicione electoralmente rumbo al 2009, año en el que habrán comicios para renovar la Cámara de Diputados y cuya mayoría es el objetivo de los tres principales grupos parlamentarios en San Lázaro.

Sin embargo, eso no parece preocuparles a los perredistas, enfrascados como están hoy, en una lucha fraticida. Duración: 02’07”