Los diputados federales del PRD Carol Antonio Altamirano y Silvano Blanco Deaquino cuestionaron la indefinición en que incurre el texto de la Reforma Financiera acerca de la “flexibilización” en el otorgamiento de créditos y los criterios de su asignación.
“Coincidimos en el sentido de liberar el potencial que tiene la banca de desarrollo y en que se agreguen sectores de la economía que de otra manera no tendrían la posibilidad de crédito. El problema central radica, para nosotros, en el artículo 30 y 31 sobre el concepto de flexibilización”, apuntó.
Antonio Altamirano, advirtió que “no queremos una flexibilización riesgosa o marcada por la discrecionalidad.”
Indicó que no se puede aceptar una redacción en la propuesta de reforma para mantener indefiniciones y que la flexibilización implique graves riesgos para las finanzas públicas del país, al momento en el que tengan que asumirse los costos del fomento, que se operan por el sector privado, pero que finalmente se pagarán con recursos públicos.
Por otra parte, destacó que en el tema de la banca de desarrollo “sí se puede garantizar la sustentabilidad, se puede mantener la integridad de las finanzas e ir a un cambio en la ley para ver un programa especial de financiamiento al desarrollo, con reglas claras y un monto autorizado por el Congreso.
Es decir, enfatizó el legislador del Partido de la Revolución Democrática, el subsidio tiene que ser transparente y con responsabilidad.
“Nos parece que el tema central debe ser cómo atender a sectores estratégicos que enfrentan limitantes para tener acceso a alternativas de financiamiento”, apuntó.
La pregunta que hacemos, dijo, es:
“¿Cuál será la mejor forma de cumplir realmente con esta intención? Porque se habla de “flexibilización”, pero en el cuerpo de la iniciativa de reforma no vemos que la flexibilización tenga que ver con direccionar el crédito con algún sentido de inversión en los 10 estados más pobres del país o que vaya direccionado a las medianas y pequeñas empresas.”
Puede ser, dijo, que se mandate el Ejecutivo a que esos beneficios y, en consecuencia, también los riesgos, se asuman de manera preferente en las pequeñas y medianas empresas, que son quienes generan los empleos.
Nos preocupa, agregó, esta flexibilización con el alto grado de discrecionalidad, porque puede resultar que se forme en la ventanilla de la banca de desarrollo la empresa Bimbo y otras grandes empresas, y se les condonen impuestos.
“Ahí tenemos el error que cometimos en el famoso transitorio de la Ley de Ingresos, ¿otra vez vamos a incurrir en esta irresponsabilidad?”, cuestionó.
Por separado, Blanco Deaquino, secretario de la Comisión de Hacienda y Crédito Público, advirtió que “hay un ánimo de parte del Ejecutivo en el entorno del famoso pacto para orientar, en este caso, la votación de los legisladores y legisladoras a favor de la reforma.”
Recordó que, en este sentido, se ha tenido la experiencia de que a veces no se permite que se modifique en nada la propuesta del Ejecutivo y es muy probable que eso suceda otra vez.
“Me queda claro que las diputadas y los diputados, igual las senadoras y los senadores, en este caso del PRI y PAN, van a votar en la dirección en la cual viene la iniciativa de reforma financiera”, advirtió. /gh/m