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Presentación
En la Comisión de Fomento Cooperativo y Economía Social estamos haciendo un ejercicio democrático con una visión de Estado, que implica ponderar el interés superior de la Nación por encima de los personales o de partido, en el desempeño de nuestras atribuciones constitucionales. Lo hacemos convencidos de que el mandato de la sociedad para todos los partidos con representación en el Congreso, es la búsqueda de soluciones para los enormes e históricos problemas que agobian a las mexicanas y los mexicanos.
Por convicción afirmamos que el sector social de la economía es un motor que se encuentra apagado, y hasta podríamos decir abandonado, por las estrategias de desarrollo económico por parte de quienes nos han gobernado. Las recetas financieras y económicas han retenido y excluido a los organismos del sector social; les han convertido en sujetos de asistencia social o de políticas paternalistas, sin que les impulsen, fomenten e incentiven.
Las diputadas y los diputados de esta Comisión creemos en la economía social, ya que, tan sólo en 2008, en México habían 9 mil 767 cooperativas, que dieron empleo a 182 mil 928 personas. Apoyaremos este sector social de la economía, porque las Cooperativas del país cuentan con un valor agregado bruto de 16 mil 280 millones de pesos y una producción bruta total de 30 mil 600 millones de pesos, que representaron, respectivamente, 0.13% y 0.25% del PIB de ese año.
Además, porque es un sector de la economía responsable y dinámico; una muestra de ello es el Fondo de Protección de las Sociedades Cooperativas de Ahorro y Préstamo con activos próximos a los 89 mil 234 millones de pesos.
Asimismo, tenemos claridad en que además de las cooperativas debemos de incluir en nuestros trabajos una agenda que apoye alrededor de 5.6 millones de ejidatarios y comuneros.
Finalmente, hay que insistir en que la economía social no es una moda, no es lo novedoso, es lo que ata al ser humano a su tierra, a sus conocimientos, a la vida. No es la novedad, es la mejor solución para el futuro de la humanidad, la que mejor cuida el ambiente, la única que puede garantizar el suministro de bienes básicos; la que mejor puede contribuir a reducir la desigualdad, la pobreza y el hambre. Obviamente, hacen falta políticas públicas que reconozcan su papel, la fortalezcan y le permitan operar, como dice la ley, en las condiciones del trabajo socialmente necesario, en condiciones de productividad y competencia que le permitan sobrevivir.
Dip. Alliet Mariana Bautista Bravo, Presidenta
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