En este espacio aprovecho la oportunidad para poner a su disposición la Comisión y hacer de esta un lugar permanente de encuentro con todos los actores del sector educativo. Asimismo, discutir propositivamente los diversos retos que tiene actualmente el país, y en particular los referidos al Sistema Educativo Nacional, que sin duda los más importantes son el garantizar una educación pública, laica, gratuita y de excelencia académica en todos sus niveles, así como el impulso y fortalecimiento de la investigación científica y tecnológica.

Para lograr lo anterior, se impulsará desde el inicio de la presente Legislatura, una política que impacte al sistema educativo nacional en tres aspectos sustanciales: la equidad, la calidad y la cobertura.

Equidad en cuanto a la necesidad de que el sistema educativo nacional apoye a los jóvenes que más lo necesitan, como una forma de movilidad social para que las futuras generaciones tengan oportunidades de acceder al mercado laboral.

Respecto a la calidad, estamos convencidos que esta incluye diversos componentes que deben ser reconsiderados: la definición de objetivos, contenidos de planes y programas de estudio, pertinentes y contextualizados; contar con personal docente, directivo y de apoyo calificado, comprometido y responsable; así como suficientes recursos materiales e infraestructura adecuada para llevar a cabo las tareas educativas y de investigación.

La educación y la investigación científica y tecnológica no deben ser consideradas una política sectorial. Si no que se deben adoptar como las variables clave de la estrategia del desarrollo social, económico y sustentable del país.

En relación con la cobertura, existe la urgencia de abrir un mayor número de oportunidades para los jóvenes. Si bien la capacidad de cobertura del sistema educativo en México ha aumentado en los últimos años, se debe reconocer que aún no se ha alcanzado la cobertura total en el nivel de educación básica. Basta decir que se estima que actualmente 10 millones de mexicanos no tienen completa la educación primaria y 16 millones y medio no concluyeron su secundaria. Actualmente la cobertura en este nivel es de 90 por ciento y al menos el 40 por ciento de los jóvenes de 15 años están fuera del sistema educativo en estos momentos.

En educación superior el tema es igual de preocupante. Siete de cada diez jóvenes en edad de estar en este nivel educativo no puede hacerlo por falta de oportunidades y opciones. El sistema solo atiende al 23 por ciento de los jóvenes en condiciones de estudiar una carrera universitaria, e igual que en las preparatorias, cada año va a aumentar la demanda. De aquí que el nivel medio superior y superior va a merecer nuestra especial atención con el propósito de revertir los niveles de rezago y ampliar la cobertura en estos dos niveles.

Hay que añadir una deuda histórica. Recordemos que al menos 30 millones de mexicanos adultos se encuentran en rezago educativo. Si queremos mantenernos en el concierto internacional, tenemos que apostar a invertir en la educación y en ciencia y tecnología, y dar a esta tarea el carácter de prioridad nacional.

Para lograrlo, se va a requerir hacer un enorme esfuerzo en materia presupuestal en términos de los montos necesarios para impulsar y hacer posible una nueva política educativa a nivel básico, medio superior, superior y posgrado a fin de alcanzar el 8% del producto interno bruto para educación y el 1% para investigación.