Sus integrantes adoptan posiciones comunes en torno a temas de interés relativos a la condición femenina, con vistas a promover, dentro de las instancias legislativas del continente, una toma de consideración de los temas que afectan especialmente a la mujer.
Los objetivos de la Red son:
•Incentivar la representación y la acción de la mujeres en los Parlamentos de las Américas, estimular el intercambio de experiencias entre las que ya se encuentran formando parte de los mismos y promover la solidaridad entre las mujeres en general; •Velar por que los derechos y las peticiones de las mujeres sean tomadas en consideración por los parlamentarios y las parlamentarias desde la perspectiva del respeto de los derechos humanos y de una mejor distribución de las riquezas; •Apoyar la participación de las mujeres en los Parlamentos de las Américas y crear mecanismos para la comunicación de las actividades de las parlamentarias.
La Red se apoya en un Comité Ejecutivo formado por una Presidenta y dos representantes procedentes de cada una de las cinco grandes regiones de las Américas, a saber: América del Norte, América Central, el Caribe, la Región Andina y el Cono Sur. Cuatro asientos están también otorgados a las representantes de Parlamentos regionales y organizaciones interparlamentarias.
La red tuvo lugar con motivo de la Primera Conferencia Parlamentaria de las Américas, celebrada en la ciudad de Quebec en septiembre de 1997, donde se presentó una declaración que proponía la creación de una "Red de Mujeres Parlamentarias de las Américas". Gracias a esta iniciativa, las aproximadamente cuarenta mujeres parlamentarias que participaron en la Conferencia de Quebec aspiraron a lograr una mayor presencia de las mujeres en los Parlamentos, así como también a que se tomaran más en cuenta sus preocupaciones en el contexto de la integración hemisférica.
Con el objetivo de implementar esta declaración, unas treinta mujeres parlamentarias se reunieron el 7 de mayo de 1999 en La Antigua, Guatemala. Acordaron entonces crear formalmente la Red y elegir un Comité Ejecutivo. Por otra parte, a propuesta de los miembros de la Red, fue aceptado que de ahora en adelante, las delegaciones de la COPA deberán respetar el principio de equidad entre hombres y mujeres.
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