De los indicadores económicos dados a conocer en la semana de análisis se infiere que a pesar de que la economía mexicana continúa expandiéndose, de acuerdo con la evolución del IGAE, apenas esta alcanzando su nivel máximo observado en el periodo anterior a la crisis; resultado que se explica, en parte, a que si bien el valor de la producción de las empresas constructoras ha aumentado en los últimos meses, en el periodo enero-noviembre presenta una contracción; además, pese a que las ventas en los establecimientos comerciales tanto al mayoreo como al menudeo han aumentado, las remuneraciones que pagan han disminuido; y además, aunque se ha incrementado el número de tarjetas de crédito, el crédito canalizado a través de dicho instrumento, en términos reales, es menor. En particular, estos dos últimos factores podrían estar incidiendo en la demanda interna y, por lo tanto, en el proceso de expansión de la producción nacional.

En la economía nacional aún se observaron resultados mixtos, por un lado, el indicador adelantado y coincidente tuvieron una expansión en el mes de octubre; sin embargo, ello no implicó una mejoría en el empleo, lo cual se confirma con el aumento de 4.94 por ciento anual de la tasa de desocupación en diciembre; y por otro, aún se observa debilidad en la recuperación de la demanda interna, que se refleja en el estancamiento de los indicadores de ventas de tiendas departamentales (ANTAD).

Las cifras dadas a conocer recientemente muestran que la actividad económica nacional no recupera los niveles que presentaba antes de la crisis, tal es el caso del IGAE y la inversión cuyo dinamismo no alcanza para consolidar su recuperación. Además, los efectos de la crisis no sólo se han visto reflejados en los agregados económicos, sino en nuestra competitividad internacional. En esta ocasión el “Índice de Libertad Económica” exhibe que el país se encuentra rezagado en términos de libertad de corrupción, derechos de propiedad, libertad financiera y libertad laboral, lo que a su vez restringe las oportunidades de inversión y de crecimiento.

El desempeño de la economía doméstica aún muestra signos de debilidad. Particularmente, el Indicador Agregado de Tendencia del sector manufacturero reveló que dicho sector todavía no logra su consolidación, más aún se encuentra en los mismos niveles registrados en 2009. Además, la falta de consolidación del mercado interno parecer ser percibido por los consumidores, pues el Índice de Confianza del Consumidor cerró el año con dos meses consecutivos de retrocesos.