En 2011, el mercado internacional de commodities se caracterizó por una alta volatilidad en los precios, pero a partir de la segunda mitad del año, se observó una tendencia a la baja, que se extendió hacia el final del año. Ello se debió principalmente a los ajustes de los inversionistas que trasladaron sus recursos a activos de menor riesgo como el dólar, provocando un descenso en la demanda y en los precios de las materias primas como energía, metales y productos agrícolas, lo que presionó a la baja los precios de los cereales, que junto con el azúcar y aceites fueron los productos con mayores reducciones en diciembre.
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